Este miércoles se ventiló un caso de extorsión que incluyó una balacera contra la casa de la víctima, en barrio La Florida y varias amenazas por WhatsApp desde distintos teléfonos. Detrás de la maniobra el fiscal Pablo Socca ubicó a un recluso de Piñero, Rodrigo Leonel Contreras de 21 años y oriundo de barrio Stella Maris. Las otras personas imputadas son una mujer que hizo de mandadera y un taxista. Según la Fiscalía, el recluso invocó una deuda de 500 mil pesos que el hijo del dueño de la casa baleada no habría cancelado.
Todo apunta a que el plan extorsivo fue orquestado por Contreras desde su celda en el pabellón 8 de Piñero. La catarata de amenazas empezó el 24 de enero con un “Hola, Marcelo, te la voy a hacer corta. Tu hijo Tomi me está debiendo plata. Traté de contactarme con él un millón de veces y no da la cara. Hace un año que lo ando investigando a él y a todos ustedes porque estoy re cansado. Y si nadie se va a hacer cargo de la deuda vaya despidiéndose de sus hijos porque por culpa de uno los voy a cortar en pedazos a todos hasta que alguien me pague”.
“No me boludiés (sic) con bloquearme o hacer cualquier pavada de esas porque los tengo re ubicados y no te va a gustar nada los regalos que te voy a empezar a mandar”, decía un mensaje posterior.
“O te ponés y me rescatan la plata o empiezo a visitar a cada uno de estos hasta que aparezca”, decía otro mensaje en el que Contreras y su gente aseguraban que sabían dónde ubicar a las padre de “Tomi”.
Las víctimas hicieron caso omiso de esos pedidos hasta que el 3 de febrero dos tipos en moto dispararon contra una casa del barrio La Florida donde vivía una ex de Marcelo. El 11 de febrero la investigación comenzó a moverse y secuestraron en la celda de Contreras uno de los celulares empleados para enviar esos mensajes.
Catorce días después el recluso retomó los pedidos extorsivos. Métodos nonsanctos para cobrar la supuesta deuda, que ahora había sumado un interés por mora. Esta vez la víctima fue Milena T., la madre de “Tomi”.
“Hola señora, usted es la madre de Tomi y creería que ya sabe lo de la plata que quedó debiendo. Si ustedes no quieren que le sigamos mandando balas paguen la plata. Ahora se sumó por la demora: antes eran 500 ahora son 700”, decía el texto acompañado de una foto del frente de su vivienda.
Los pasados 3 y 4 de marzo el recluso insistió: “Hola, Milena, escuchá, vos sabés muy bien que la policía no te va a cuidar por más que hayas hecho la denuncia a la fiscalía. Vas a entregar el dinero si no esta noche vas a tener que irte de tu casa de los tiros que te van a llover”.
El fiscal Soccadispuso entonces que el personal de la Brigada Complejas II de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) respondiera los mensajes a través del celular de la mujer simulando su identidad. Los detectives negociaron entonces la entrega de 250 mil pesos para la tarde del pasado 5 de marzo, a las 17.30, en la plaza Santos Dumont de Álvarez Thomas entre Freyre y Superí.
Hasta allí llegó Cyntia R. en el taxi conducido por Diego V. La mujer, quien iba como acompañante del vehículo marca Chevrolet Corsa bajó y se dirigió hacia un cesto de basura metálico ubicado en la plaza, es decir, lo que previamente los investigadores habían acordado.
Una vez que tomó posesión de la bolsa inmediatamente fue aprehendida, al igual que el conductor del taxi. Todo quedó registrado por un drone.
Ya este miércoles el juez Florentino Malaponte tuvo por formalizada la audiencia imputativa y dictó prisión preventiva efectiva para Contreras, la prisión preventiva para Cynthia por el plazo de 90 días, y la libertad para Diego previa constatación de domicilio con la obligación de firma mensual en la OGJ por el plazo de 90 días, y prohibición de acercamiento y de todo tipo de contacto con los consortes de causa.
Asimismo se dispuso instar al servicio penitenciario que implemente un régimen de comunicación que permita identificar desde que número de celular se llama y a qué número de celular se comunica el interno Rodrigo Contreras, y se solicitó que se extreme el control de las visitas recibidas por el imputado, incluyendo esto no sólo la identificación de las visitas sino que se entreviste únicamente con esas personas.
“Así que metiste a la policía en esto. Señora, ahora sí no la vamos a hablar más, vas a ver lo que le vamos a hacer, te vamos a molestar a vos y y a toda su familia. Te dije que no quería ver nada raro, ahora la vamos a matar”, fue el mensaje que recibió Milena pocos minutos después del operativo de detención en la plaza. Un aviso de que tal vez la historia no haya terminado.