“Estamos en la esquina con la plata, amigo” fue lo último que leyó Juan Emanuel Cortez antes de ser asesinado a balazos el 18 de octubre de 2020 en barrio de La Carne, donde había sido citado por su matador para cobrar una deuda.
Parte de la trama de ese homicidio fue develada este miércoles con la condena a un joven de 21 años apodado Polaquito como uno de los autores. A la sentencia se llegó por medio de un acuerdo entre la fiscalía y la defensa que fue convalidado por un tribunal. La pena fue unificada en 15 años porque contempla otro crimen cometido cuando era menor, además de un hecho de abuso de armas y portación.
El condenado es Cristián Roberto Rodríguez, a quien dicen El Polaquito. El apodo es derivado del de su padre, el Polaco Norberto, un hombre que supo integrar las filas de Los Garompa a comienzo de la década de 2000 para disputarles el territorio a Los Monos. Gran parte de la infancia del Polaquito transcurrió con su padre preso. Este hombre tiene 38 años, estuvo preso 12 y hoy es recolector de basura. Entrevistado por Radio2 tiempo atrás dijo: “La gente que sale de la cárcel puede acceder a un kilo de droga muy fácil, pero a un trabajo no”.
La tarde del 18 de octubre de 2020 Cortez frenó el Volkswagen Voyage que conducía junto a un acompañante en Alzugaray y Buenos Aires. Allí lo había citado una tal Tami para vaya a buscar una plata. Cortez, que según la investigación pertenecía a la banda de Tania Rostro –condenada por tráfico de drogas–, pactó finalmente los detalles de la entrega con el Polaquito. “Estamos en la esquina con la plata, amigo”, éste escribió.
Todo era en realidad una emboscada: al menos nueve disparos fueron dirigidos hacia el coche. Cortez murió en el acto y su compañero logró escapar. El auto quedó con la música prendida y en marcha.
Pero el Polaquito cometió un error garrafal. Se le cayó el celular cuando escapaba a la carrera. El aparato fue más tarde secuestrado por la policía y el peritaje arrojó que la línea estaba a nombre de su padre. En el rígido, los analistas encontraron fotos con armas de fuego, selfies, y conversaciones con su novia, que lo identificaba con su nombre, señala la investigación.
Entre las violencias evidencias contra Polaquito hay además una serie de mensajes que intercambió con una amiga que vivía a unos metros del lugar del hecho. Uno de los mensajes que no fueron eliminados señalaba a las 18.14 “todavía lo estoy esperando al fiambri”.
Además existen testimonios que aseguran que el imputado alertó a unas amigas que estaban en la plaza diciéndoles que se fueran, “que iba a haber un hecho”, como bien ocurrió.
El 4 diciembre de 2020 con el pedido de captura ya encima Polaquito fue detenido en la otra punta de la ciudad tras tirotearse con policías. Fue en Baigorria y Gazcón, barrio Nuevo Alberdi, donde le incautaron además una pistola.
Este martes, Cristian Rodríguez consintió en una audiencia de procedimiento abreviado el acuerdo presentado por los fiscales Ademar Bianchini y Verónica López y la defensa del acusado. El convenio se presentó ante los jueces María Isabel Más Varela, José Luis Suárez y Mariano Aliau y consintió en una propuesta de 13 años de cárcel por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, portación de arma de fuego de guerra y abuso de armas calificado. La pena se unificó con una anterior dictada cuando era menor.
El otro crimen
Entre agosto de 2018 de y junio de 2019 Polaquito estuvo detenido en el IRAR y la cárcel de Piñero procesado la Justicia de Menores por el crimen de Rodrigo Brest, un pibe de 17 años asesinado en barrio Molino Blanco el 19 de febrero de 2018. Por ese hecho obtuvo una condena firme en marzo de 2021 a 5 años y 4 meses, a vencer en 2024. Mientras transcurría ese proceso en libertad fue que cometió y luego reconoció haber matado a Cortez.
Por Bruno Bettiol