Fue la frase de Lorena Verdún en la audiencia, que el Fiscal tomó como una amenaza
Ocho personas que fueron detenidas el pasado martes en allanamientos a la banda Los Monos sumaron hoy acusaciones por tenencia de armas, intimidación pública y extorsión. Entre los imputados se encuentran Uriel Luciano “Lucho” Cantero –hijo del asesinado Pájaro Cantero–, su madre, Lorena Verdún, y Gastón Ezequiel Schneider, otro hijo del Pájaro. Verdún pidió durante la audiencia que dejen de “agarrársela” con su familia y le advirtió al fiscal Matías Edery que “esto no va a quedar así”, por lo que el funcionario judicial le respondió que lo tomaba “como una amenaza”.
Esta vez el fiscal de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos Matías Edery imputó a Lucho, a Pedro Aranda y a Gonzalo Barrientos por haber recibido la Navidad de 2021 a los tiros desde la terraza de una vivienda de Arrieta al 1800, con disparos hacia el sur de pistolas y hasta de un fusil. La evidencia se basó en un video que captó esa secuencia: según la fiscalía la grabación se realizó con la intención de viralizarlo y que llegue a más personas que las presentes en el barrio.
La andanada de disparos al aire tuvo lugar la misma madrugada en que un patrullero de la Policía de Acción Táctica (PAT) fuera acribillada a metros de esa vivienda por parte de ese mismo grupo de personas, dos de las cuales fueron detenidas esa misma noche.
Edery expuso que la labor de identificación de las personas que realizaron disparos se basó sobre una foto tomada en nochebuena y que llegó a manos de los investigadores. De hecho, gran parte de la evidencia sobre esta causa de intimidación pública se inició con datos obtenidos en las redes sociales por parte de la Dirección de Inteligencia de Agencia de Investigación Criminal.
Además Lucho Cantero sumó otro cargo junto con una joven identificada como Érica B. por la tenencia indebida de más de 20 armas de grueso calibre que fueron incautadas en los allanamientos del 18 de enero en Caña de Ámbar al 1700. Lo sorprendente de esta causa es que Lucho había subió un estado de Whatsapp días antes de ser allanado, cuya imagen acompañada de la frase “por si las moscas” llegó a los investigadores que ya tenían su número de celular.
La misma sábana donde reposaban los fierros fue incautada durante los procedimientos policiales y se transformó en evidencia.
Por su parte Lorena Verdún terminó imputada por tenencia de un arma, a saber: una pistola Taurus y 36 municiones secuestradas el martes durante la veintena de allanamientos.
La viuda del Pájaro pidió durante la audiencia que dejen de “agarrársela” con su familia y le advirtió al fiscal Matías Edery que “esto no va a quedar así”, por lo que el funcionario judicial le respondió que lo tomaba “como una amenaza”. El cruce de palabras y el representante del Ministerio Público de la Acusación ocurrió ante el juez Alejandro Negroni.
La mujer dijo que para la justicia “siempre son los Cantero” y pidió que dejen de “agarrársela” con su familia, tras lo cual se dirigió a Edery: “Le digo al fiscal que esto no va a quedar así”.
“Viniendo de una persona que está en un grupo al que se le secuestraron 24 armas lo tomo como una amenaza”, fue la respuesta del fiscal.
Por último la maratónica acusación giró sobre un hecho de extorsión y amenazas que tuvo como víctima al dueño de un bar de San Martín al 4700. El hecho se dio el pasado 21 de diciembre y los extorsionadores pidieron 30 mil dólares a cambio de no balear a Y., el blanco de las amenazas. Pese a que hizo la denuncia, dos días después le tirotearon su casa de Avenida del Rosario al 400, además de amenazas de muerte a su círculo familiar.
“Y., vas a tener que abonar como tu socio, no la batas sino hay plomo para tu casa de av. del Rosario, la tienda de tu novia y para el bar y la parrilla Irineo. La mafia”, decía la nota que apareció en el local gastronómico cuyo envió coordinó Gastón Schneider (21 años) desde un penal donde cumple condena a 10 años por robo y homicidio. Gastón es un hijo del Pájaro Cantero, según la acusación, y fue imputado por extorsión en grado de tentativa amenazas agravadas por uso de armas de fuego en calidad de instigador.
Según la acusación en ese apriete también participaron su primo Fausto Gamarra, de 26 años, a quien también le secuestraron una moto robada al ser allanado y sumó un cargo por encubrimiento, y Franco Arias, de 22. Gamarra había sido empleado del local y Arias lo era actualmente. Según la causa, ambos aportaron datos al recluso para extorsionar a su empleador. E incluso le recomendaron que pagara porque quienes estaban detrás de la amenazas eran “terribles y atrevidos”, como quedó demostrado con la balacera.
Tras escuchar los argumentos del fiscal el juez Negroni les dictó la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley –dos años previos a una posible condena– a todos los imputados menos a Érica B., cuya medida cautelar es de tres meses de prisión.