El trabajo invisible de los héroes de La Esmeralda, un centro de rescate que se dedica a devolver la libertad a miles de animales silvestres cada año

En la zona norte de la ciudad de Santa Fe, un equipo de expertos trabaja incansablemente para devolver a su hábitat natural a animales silvestres que, por diferentes razones, han sido víctimas del tráfico ilegal, el mascotismo o accidentes en rutas. Este trabajo, llevado a cabo en el Centro de Rescate, Investigación e Interpretación de Fauna “La Esmeralda”, es crucial para la conservación de la biodiversidad en la provincia y una muestra del esfuerzo por salvar a muchas especies que corren el riesgo de desaparecer.

El Centro de Rescate, que depende del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia, recibe semanalmente una gran cantidad de ejemplares provenientes de situaciones extremas. Según el director de la Delegación Centro, Mauro Pergareze, “todas las semanas ingresan animales víctimas del mascotismo, el tráfico ilegal y accidentes”. Además, cada rescate es un paso hacia la rehabilitación de estos seres vivos, quienes reciben atención veterinaria y un plan de recuperación adaptado a sus necesidades específicas.

Recientemente, el centro liberó a un carpincho que había sido mantenido ilegalmente como mascota. “El carpincho fue rescatado por la Policía Ecológica, quien nos informó sobre el caso. Estaba en condiciones de ser liberado y, tras un corto periodo de observación, fue devuelto a su hábitat natural”, explicó Pergareze. La liberación de este animal y de otros como monos carayá y loros habladores es un ejemplo del trabajo constante en La Esmeralda.

La labor de rescate no termina en el traslado a este centro. El veterinario Mauro Longhi detalló el proceso al que los animales son sometidos: “Primero realizamos una evaluación inicial de su salud y comportamiento. Dependiendo de su estado, determinamos si pueden ser liberados rápidamente o si deben permanecer en cuarentena y recibir más cuidados”. Es un proceso largo, que en muchos casos incluye programas de reproducción y seguimiento, especialmente para especies amenazadas como el cardenal amarillo y el aguará guazú.

El tráfico ilegal de fauna silvestre es un delito grave, y el centro juega un papel clave en la lucha contra este flagelo. Sin embargo, también es esencial la colaboración de la comunidad. Longhi recordó que las denuncias sobre animales en cautiverio o en venta ilegal pueden realizarse al 911, lo que activa la coordinación con las fuerzas policiales para el rescate.

El trabajo de La Esmeralda es un claro recordatorio de la importancia de respetar la fauna local y protegerla de prácticas que ponen en peligro su supervivencia. Gracias a estos especialistas y a la colaboración de todos, muchos animales silvestres logran volver a vivir en su hábitat natural, lejos de la mano del ser humano.