Un caso de violencia de género terminó con la aprehensión de un hombre que poseía armas de fuego, mientras que en la zona sur, un narcotraficante fue detenido con cocaína
Personal policial fue comisionado a un domicilio ubicado en Deán Funes 2700, en el marco de un hecho de violencia de género. Al arribar al lugar, los efectivos entrevistaron a una mujer que denunció haber sido golpeada por su ex pareja, quien además le causó daños en sus lentes y le profirió amenazas de muerte.
La mujer también informó que el agresor, identificado como Daniel Gustavo H. (46), podría estar en posesión de armas de fuego. Ante esta declaración, se procedió a registrar la vivienda y se incautaron dos armas de fuego: una pistola calibre 9 mm con seis cartuchos, y un revólver calibre 38 largo con cinco cartuchos, además de 21 cartuchos más de calibre 38 largo.
El hombre fue detenido y el procedimiento se trasladó a la Comisaría 21º, mientras que la Fiscalía de Flagrancia tomó intervención en el caso.
Poco después, otro operativo tuvo lugar en la zona sur de Rosario, específicamente en el barrio Tablada, bajo el marco del “Plan Bandera” del Ministerio de Seguridad Nacional. En el cruce de las calles Korsack y Saavedra, un sujeto identificado como Jonathan Emanuel A. (27) fue sorprendido mientras intentaba alejarse al notar la presencia policial. Tras una inspección, se le hallaron ocho envoltorios de nylon con una sustancia blanca pulverulenta. El test NARCOTEST indicó que se trataba de clorhidrato de cocaína, con un peso de 2,19 gramos.
Jonathan Emanuel A. fue detenido por infracción a la Ley 23.737, que regula el tráfico de estupefacientes, y el material fue secuestrado.
Estos dos hechos reflejan la constante lucha de las fuerzas de seguridad de Rosario para frenar tanto la violencia de género como el narcotráfico en la ciudad. Ambos operativos, realizados en el mismo día pero en puntos diferentes, evidencian la gravedad de las problemáticas que afectan a la comunidad rosarina, mientras refuerzan la necesidad de continuar con políticas de seguridad más estrictas. La pronta respuesta de la policía y la colaboración de la justicia parecen ser claves para contener estos flagelos sociales que aún afectan a miles de personas.