Agresiones y caos en las calles de las cercanías al Coloso en la salida
El clásico entre Newell’s y Rosario Central terminó en desmanes y violencia. Los hinchas de Newell’s descargaron su frustración en las calles y protagonizaron hechos de vandalismo que incluyeron el lanzamiento de piedras y daños a vehículos.
La esperada revancha entre los dos equipos más populares de Rosario, Newell’s Old Boys y Rosario Central, no solo terminó con una nueva derrota para el equipo local, sino que también dejó un rastro de violencia en las calles de la ciudad. Tras el pitazo final, la frustración de los hinchas de Newell’s se desbordó y se tradujo en una serie de desmanes que afectaron tanto a la propiedad pública como privada, así como a los efectivos policiales que intentaban controlar la situación.
A través de las cámaras de monitoreo ubicadas en la intersección de Pueyrredón y Pellegrini, se pudo observar cómo varios simpatizantes de Newell’s comenzaron a romper la vereda de la vía pública y a lanzar grandes piedras, conocidas como cascotes, sobre los uniformados. La violencia no cesó ahí: el vandalismo se intensificó en las cercanías del estadio, donde un grupo de individuos arrojó piedras a los vehículos policiales que se encontraban apostados en el lugar, rompiendo varios cristales de las ventanillas.
El caos se extendió rápidamente a otras zonas cercanas, como el Parque Independencia, donde, según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, los agresores rompieron los cordones y los guardarrails de mampostería. Estos objetos fueron luego lanzados contra el piso y arrojados nuevamente hacia el personal policial, que se encontraba en medio de un intento por dispersar a los violentos. La situación desbordó rápidamente a las fuerzas de seguridad, que tuvieron que lidiar con la creciente violencia en diferentes sectores de la ciudad.
Uno de los momentos más impactantes ocurrió cuando, sobre la calle Pellegrini, un grupo de individuos incendió un contenedor de residuos, sumando el fuego a la lista de actos vandálicos. Las corridas por distintas arterias del Parque Independencia se hicieron inevitables, mientras la tensión en la ciudad se palpaba en cada esquina.
Este episodio de violencia pone nuevamente en evidencia la necesidad urgente de tomar medidas para evitar que el clásico rosarino se convierta en sinónimo de desorden y descontrol. La bronca de los hinchas no solo se quedó dentro del campo de juego, sino que se trasladó a las calles de Rosario, dejando un saldo de destrozos materiales y una ciudad sumida en la incertidumbre.
El lamentable saldo; 11 patrulleros dañados, un empleado policial trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) con una herida cortante en el cráneo. Efectivos golpeados de Policía de Seguridad Aeroportuaria que estaban en las adyacencias del Coloso y fueron asistidos por Comando Radioeléctrico
Sumando a que al regreso de la autobomba de los Bomberos Voluntarios, les arrojaron una piedra, dañando el parabrisas