Condenaron en un juicio abreviado a profesionales por facilitar la compra ilegal de armamento
Los profesionales fueron sentenciados a tres años de prisión condicional por integrar una asociación ilícita que facilitaba la compra de armas para su posterior desvío al mercado negro.
En un juicio abreviado, el psiquiatra Marcelo Lemoine (40) y el instructor de tiro Paulo Fedeli (50) fueron condenados a tres años de prisión condicional por ser miembros de una asociación ilícita dedicada a la compra y venta ilegal de armas de fuego en Rosario. Además de la pena de prisión condicional, ambos profesionales fueron inhabilitados por diez años para ejercer sus respectivas actividades: Lemoine no podrá trabajar como médico psiquiatra habilitado para emitir certificados psicofísicos, y Fedeli no podrá ejercer como instructor de tiro ni como certificante ante la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac).
La condena se enmarca dentro de una investigación que descubrió una red clandestina de compra y venta de armas, en la que se utilizaban “prestanombres” de bajos recursos para tramitar credenciales de legítimos usuarios. A través de estos trámites, las personas adquirían armas de fuego de forma legal, pero luego estas eran desviadas al mercado negro, donde se vendían a un precio tres veces superior al original. Este circuito ilegal fue desarticulado gracias a la labor de la Fiscalía, que encabezó la investigación.
El fiscal Gastón Ávila imputó a Lemoine y Fedeli como miembros activos de la organización delictiva, acusándolos de otorgar certificados de aptitud psicofísica a personas no aptas para portar armas. Según la Fiscalía, los imputados no cumplían con los protocolos establecidos por la Anmac para la emisión de estos certificados, lo que permitió que individuos con problemas de visión, audición y otras condiciones médicas pudieran acceder a las credenciales de legítimos usuarios.
La investigación también identificó a los líderes de la banda, Lucas Petrovelli, Rodrigo Sinsig y Javier Hernández, quienes permanecen detenidos con prisión preventiva. Estos individuos eran los encargados de captar a los “prestanombres” a cambio de dinero, quienes luego acudían a Lemoine y Fedeli para completar el trámite. En total, la red facilitó la adquisición de al menos 210 armas de fuego, muchas de las cuales terminaron en manos de personas vinculadas al crimen organizado.
El fiscal Ávila destacó que la organización estaba bien estructurada, con roles específicos para cada miembro, desde la captación de los prestanombres hasta la certificación falsa de aptitudes para manejar armamento. A pesar de los intentos por recuperar las armas, durante los allanamientos solo se hallaron dos de las más de 200 que se esperaban encontrar, lo que sugiere que muchas ya habían sido vendidas en el mercado ilegal.
Un golpe al crimen organizado
La condena a Lemoine y Fedeli marca un avance significativo en la lucha contra el tráfico ilegal de armas en la ciudad de Rosario. Si bien el acuerdo de juicio abreviado y la pena de prisión condicional no implican una condena severa, este caso pone de manifiesto la existencia de una red bien organizada que operaba de manera clandestina, pero con el apoyo de profesionales que debían garantizar la seguridad pública. La inhabilitación de los condenados para continuar con sus respectivas profesiones representa una sanción ejemplar para evitar que más personas se involucren en este tipo de delitos, y se espera que la investigación continúe para desmantelar por completo el circuito ilegal de armas en la región.