Érica Bullón fue sentenciada a 9 años de prisión efectiva junto a Luciano Cantero y Lorena Verdún

Según la Fiscalía, se dedicada a múltiples delitos en la zona sur de Rosario. La organización operaba desde 2021 y utilizaba menores de edad para sus actividades ilícitas.

La justicia rosarina dictó una dura condena contra Érica Bullón de 25 años, pareja de Luciano “Lucho” Cantero, un conocido nombre en el ámbito delictivo de la ciudad. El Juez de Primera Instancia Fernando Sosa homologó el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la Defensa, sentenciando a Bullón a 9 años de prisión efectiva por el delito de asociación ilícita en calidad de jefa, agravada por la participación de menores de edad.

La fiscal imputó a Bullón, junto a Lorena Verdún, Gastón Schneider, Luciano Cantero y otras personas, incluyendo un menor de edad, por formar parte de una organización criminal dedicada a cometer una amplia gama de delitos en Rosario. Entre ellos se destacan delitos contra las personas, la vida, la propiedad, la libertad, la administración pública, la seguridad pública, la fe pública y la salud pública.

Según la investigación, esta banda criminal buscaba dominar sectores y barrios de Rosario, excluyendo a grupos antagónicos para obtener beneficios económicos a través de diversas actividades ilícitas, como la expansión territorial. Para lograr este objetivo, los integrantes de la asociación cometieron homicidios, lesiones, encubrimientos, amenazas, extorsiones, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y venta ilegal de estupefacientes.

La organización, que operaba desde al menos junio de 2021 hasta las detenciones, tenía una fuerte influencia en la zona sur de la ciudad y sus alrededores, principalmente en los barrios La Granada, Las Flores, Las Delicias y Barrio Plata. Se estructuraba con Luciano Cantero, Lorena Verdún y Érica Bullón a la cabeza, conformando el escalafón más alto de la estructura delictiva. Dylan B. cumplía el rol de organizador, recibiendo y transmitiendo las órdenes de sus superiores, en particular de Luciano Cantero. El resto de los integrantes cumplían roles específicos que contribuían al funcionamiento de la banda. Un agravante en la participación de los jefes y miembros era el uso de menores de edad, aprovechándose de su condición.

La investigación reveló que Luciano Cantero operaba desde la cárcel de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, donde cumplía condena. Desde allí, impartía directivas las 24 horas, ordenando atentados con armas de fuego, eligiendo a las personas que cumplirían cada rol, adquiriendo y disponiendo el uso de armamento de gran poder ofensivo y vehículos, autorizando pagos a los miembros y decidiendo dónde se guardaban las armas y los vehículos. Controlaba, además, los puntos de venta de estupefacientes y su recaudación. La organización se comportaba como controladora del territorio, donde ninguna actividad podía realizarse sin su consentimiento.

Entre las maniobras delictivas, se destacó la extorsión, ejecutada por Érica Bullón antes de su detención, mediante la triangulación de llamadas entre las víctimas y Luciano Cantero. La organización contaba con un gran poderío económico y de fuego, obteniendo liquidez en moneda nacional y extranjera proveniente de actividades ilegales como la venta de estupefacientes, la sustracción y venta de vehículos y la adquisición de viviendas mediante actos intimidatorios. Su objetivo principal era incrementar su patrimonio ilegal, buscando darle una apariencia de legalidad a través de la adquisición de bienes muebles e inmuebles.