La justicia federal condenó a siete años de prisión a uno de los principales vendedores de drogas sintéticas de la ciudad

Entre los condenados hay dos policías y varios revendedores. El caso, que involucró a una organización dedicada a la distribución de éxtasis y cristal, resalta el vínculo entre el narcotráfico y sectores de la fuerza pública. El pasado 7 de noviembre, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de Rosario dictó una serie de condenas en el marco de una investigación sobre una red de narcotráfico que comercializaba drogas sintéticas en la ciudad. La principal figura de la banda, Emilio Martín Tisera, conocido en las redes sociales como “Emi Trix“, fue condenado a siete años de prisión por su rol como líder del grupo. Además, su novia, la influencer Julieta Valenzuela, recibió una pena de tres años de prisión de ejecución condicional.

La red, que operaba principalmente en fiestas electrónicas, gimnasios y bajo la modalidad delivery, fue desmantelada tras una investigación que se extendió por varios meses. Según lo establecido por el Ministerio Público Fiscal (MPF), Tisera lideraba la venta de pastillas de éxtasis y cristal, sustancias de diseño muy demandadas en ciertos círculos sociales de Rosario.

El juicio contra “Emi Trix” y Valenzuela tuvo lugar entre el 23 y el 30 de octubre de 2023, mientras que el juicio abreviado llevado a cabo en noviembre de 2023 incluyó a otros cinco miembros de la organización, entre ellos dos efectivos de la policía santafesina. Estos policías, identificados como Nicolás Balzi y Leandro Miranda, desempeñaban roles de revendedores y custodios dentro de la estructura criminal. Ambos fueron condenados a penas de seis años y cuatro meses de prisión para Balzi, mientras que Miranda recibió una condena de tres años y seis meses.

La vinculación de los policías con el narcotráfico pone de manifiesto una grave problemática dentro de la fuerza pública, en la que los agentes, en lugar de cumplir con su rol de protección, se convirtieron en parte activa de la venta de estupefacientes. Balzi, que se desempeñaba en la seccional 2° de Cañada de Gómez, utilizaba su posición para facilitar la distribución de drogas en gimnasios y a través de entregas a domicilio, mientras que Miranda, además de revender las sustancias, actuaba como custodio de Tisera, garantizando la seguridad del narcotráfico.

El proceso judicial también reveló cómo la organización de Tisera operaba a gran escala. Según las pruebas presentadas en el juicio, “Emi Trix” utilizaba su auto de lujo, un BMW, para transportar y distribuir drogas. Además, tenía acceso a propiedades en zonas exclusivas de Rosario, donde almacenaba y producía las pastillas. Las transacciones se realizaban en diversos puntos de la ciudad, incluidos salones de fiestas electrónicas y áreas residenciales, donde las drogas eran entregadas bajo la modalidad delivery.

En el marco de la investigación, las fuerzas de seguridad realizaron varios allanamientos en los domicilios de los involucrados, donde se incautaron más de 2.000 pastillas de éxtasis, cristal, marihuana, LSD, armas de fuego y otros elementos relacionados con el tráfico de estupefacientes. Estos hallazgos confirmaron la magnitud de la operación y la red de distribución montada por Tisera y su organización.

El caso de “Emi Trix” subraya la preocupación creciente en Rosario por el tráfico de drogas de diseño, especialmente entre los jóvenes que asisten a fiestas electrónicas y otros eventos sociales. La sentencia de este juicio no solo refleja la gravedad del delito, sino también la necesidad de erradicar la complicidad de funcionarios públicos con el narcotráfico.

Las condenas impuestas a Tisera, Valenzuela, los policías y los revendedores son un paso importante en la lucha contra el narcotráfico en Rosario