Víctor Hugo Cantero de 31 años, fue condenado a la pena de 15 años de prisión por haber matado a tiros al oriental Dai Wenking el 10 de marzo de 2020 en un súper chino de Pje. 1847 al 6100. El imputado admitió el acuerdo de su defensa y la Fiscalía ante los jueces Carlos Leiva, Gustavo Pérez de Urrechu y Román Lanzón. La investigación no llegó a los eslabones más altos que tal vez hayan ordenado el crimen.
Fuentes del caso recordaron que la víctima estaba acosada por una deuda millonaria “heredada” de su padre, quien había abandonado el país.
Enzo, como le decían en el barrio al chino, ya había sido baleado en una de sus piernas el 19 de marzo de 2019 por un hombre que se bajó de un Fiat 128 y le disparó frente a varios clientes del súper de pasaje 1847 6151 (Garzón y ex Juan XXIII). La advertencia pasó a mayores un año después, a las 9 del 10 de marzo de 2020 cuando fumaba un cigarrillo en la puerta de su local y fue baleado en la espalda por un agresor a cara descubierta. Tras correr 100 metros, Enzo cayó desplomado por una hemorragia de tórax.
Cantero, un playero de una estación de servicios sin prontuario, quedó filmado por las cámaras de seguridad del local, una de cuyas grabaciones se viralizó a partir del celular de un policía y que llegó a los noticieros del mediodía: una ejecución casi transmitida en vivo, con apenas un diferido de tres horas.
A mediados de 2020, los investigadores buscaban “evidencia para probar una promesa remunerativa”, es decir un asesinato por encargo. Ese agravante preveía prisión perpetua. Pero la investigación no llegó los eslabones más altos de la cadena que ordenó la ejecución.
¿Cómo llegaron los detectives a establecer que ese hombre captado por las cámaras era Cantero? El sospechoso, además de quedar escrachado públicamente en las cámaras del súper chino a cara limpia, confió información sensible a allegados, y esas confesiones llegaron a personas enemistadas con él. No pasó mucho tiempo hasta que un dato llegara a un efectivo de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal y la madeja del hilo comenzara a desenvolverse.
Con las grabaciones, un nombre y fotos, el resto la investigación fueron las llamadas tareas de escritorio y, más tarde, de vigilancia. Los aportes técnicos del Organismo de Investigaciones y de la central OJO sumaron informes biométricos y antropométricos que arrojaron resultados positivos al comparar el rostro y fisionomía del sospechoso con los registros fílmicos.
En mayo de 2020, Cantero fue detenido en la estación de servicios Magna, de Juan José Paso y Provincias Unidas. Fue tras un seguimiento de dos semanas, que incluyó vigilancia en la vivienda del sospechoso, en José Ingenieros al 6100, y en la casa de su madre de barrio Godoy.
Según fuentes de la pesquisa, al ser notificado el hombre se quebró y confesó el crimen, aunque esas declaraciones no tuvieron valor judicial.