Ayer se entregó tras lograr escabullirse de los múltiples allanamientos que realizaron para dar con este

Ayer por la tarde se hizo presente junto a su abogado en la sede de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) Jonatan Emanuel Garraza, un ex policía de 36 años que se encontraba en disponibilidad desde hace más de un año, se entregó luego de haber permanecido prófugo durante tres meses. El agente está acusado de formar parte de la asociación ilícita liderada por Lisandro “Licha” Contreras, conocido cabecilla de la peligrosa banda criminal Los Menores. La vinculación de Garraza con este grupo se ha visto fortalecida a raíz de una serie de hechos violentos que han sacudido a la región, como el doble crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte y Rubén “Rana” Attardo el 9 de noviembre de 2024.

Un policía al servicio de la criminalidad
Garraza, quien fue detenido por primera vez en diciembre del año pasado en un operativo donde, por un momento, se creyó que era Lisandro Contreras, aparece como un eslabón fundamental en la estructura de la organización. Las investigaciones apuntan a que Garraza habría sido la mano derecha del propio Contreras, lo que lo convierte en un elemento clave en la toma de decisiones dentro de la banda de Los Menores. Además, su trayectoria como policía y su vinculación con la estructura criminal de la banda le han otorgado un nivel de notoriedad en los últimos meses, especialmente a partir del doble homicidio de Bracamonte y Attardo, un crimen que expuso las profundidades de la red delictiva.

La justicia avanza en la investigación
La fiscal Pairola, a cargo de la Unidad de Homicidios Dolosos del Ministerio Público de la Acusación, lidera la investigación que está desmantelando esta red criminal. Recientemente, la TOE llevó a cabo varios allanamientos que resultaron en la detención de otros dos hombres vinculados con la banda. Esta serie de arrestos, incluyendo el de Garraza, marca un avance significativo en el combate contra Los Menores, pero también deja en evidencia la compleja relación entre ciertos sectores de la fuerza policial y el crimen organizado.

El futuro de la investigación
La detención de Garraza es solo un paso más en el largo proceso judicial que sigue la banda de Los Menores. A medida que las autoridades siguen desmantelando esta red, queda claro que el crimen organizado sigue infiltrando instituciones y dejando una huella de violencia que no distingue entre los delincuentes y aquellos que juraron proteger a la sociedad. La justicia tendrá ahora la difícil tarea de seguir rastreando los vínculos de Garraza y los demás involucrados, mientras la sociedad espera respuestas ante la gravedad de estos crímenes.