Este caso refleja cómo las bandas criminales no discriminan por clase social

Valentino Barjacoba de 23 años, fue condenado a 11 años de prisión tras un juicio abreviado por su participación en una organización criminal vinculada al narcotráfico y a una serie de hechos violentos que conmocionaron a Rosario. El joven, que proviene de una familia de clase media, nunca mostró un historial de antecedentes penales antes de su ingreso al mundo del crimen, pero su implicación con el clan Funes lo colocó en el centro de una de las bandas más temidas de la ciudad.

La condena de Barjacoba es producto de su vinculación con el narcotráfico y una serie de ataques violentos ordenados por Alan Funes, líder del clan. A lo largo de 2021, Barjacoba ejecutó balaceras contra domicilios en zonas clave de Rosario, específicamente en la cuadra de Oroño al 4300. Estos actos de violencia fueron grabados por la hermana de Alan Funes, quien se encargaba de documentar los hechos para enviarlos como prueba de que se cumplían las órdenes del líder de la banda, actualmente preso en Ezeiza.

En enero de 2022, Barjacoba también fue arrestado por portar ilegalmente una pistola de calibre 7.65 milímetros durante un intento de robo en el barrio La Antena. A pesar de haber sido liberado bajo fianza, el análisis de su teléfono móvil permitió a las autoridades confirmar su estrecha relación con la banda de los Funes, a la que pertenecía como sicario. Esta red de narcotráfico, que operaba principalmente en los barrios más vulnerables de Rosario, utilizaba a jóvenes como Barjacoba para llevar a cabo ataques armados y actos de intimidación.

El caso de Barjacoba se complica aún más por su vínculo con el crimen del colectivero César Roldán, asesinado en diciembre de 2023. Junto a su cadáver, se encontró una amenaza dirigida a Barjacoba, lo que sugiere que el asesinato del conductor fue parte de un ajuste de cuentas dentro de las disputas internas del mundo del crimen organizado. Este crimen sigue siendo investigado, aunque las autoridades aún no han logrado dar con los responsables.

Con la sentencia de 11 años de prisión, que integra tanto su condena por narcotráfico como por diversos hechos de violencia, Barjacoba enfrenta ahora un futuro tras las rejas, pero su caso pone de manifiesto cómo el narcotráfico no solo afecta a las personas más vulnerables de Rosario, sino también a aquellos jóvenes de clase media que, por diversas razones, terminan cayendo en las redes de organizaciones criminales.

El caso de Valentino Barjacoba es una muestra clara de cómo el crimen organizado ha logrado penetrar en diferentes sectores sociales, involucrando incluso a quienes, en principio, no parecen estar destinados a formar parte de estas estructuras. Con esta condena, se cierra un capítulo más en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en Rosario, pero el problema sigue siendo una de las principales preocupaciones de las autoridades locales.