Ayer por la tarde, la ciudad se vio nuevamente marcada por intimidaciones públicas hacia el gobernador
Los hechos ocurrieron en los barrios Matheu y Larrea, donde los delincuentes dejaron mensajes intimidatorios y luego dispararon a uno de los negocios. La tarde de este viernes, dos hechos violentos sacudieron a la ciudad de Rosario, dejando un saldo de intimidación y balaceras en dos comercios de diferentes barrios. El primer episodio ocurrió en el barrio Domingo Matheu, en una pollería ubicada sobre la calle Buenos Aires al 4000. Según testigos, dos delincuentes llegaron al lugar, dejaron una amenaza con una bala apoyada en una reja de hierro de un comercio vecino y luego abrieron fuego contra el frente del negocio.
Los disparos fueron dos. Uno de los proyectiles quedó incrustado en un pollo que estaba en la exhibidora del local, mientras que el otro impacto dejó una vaina a la altura de un cartel donde se anunciaban los productos de la pollería. Afortunadamente, no se registraron heridos, aunque el dueño del negocio, quien se encontraba atendiendo a su familia en ese momento, quedó profundamente consternado por el violento suceso.
El negocio, que lleva un año y medio en esa cuadra, es un emprendimiento familiar que anteriormente había operado en la misma zona, pero en una esquina diferente. Tras el ataque, se montó un operativo policial en la zona, con presencia de la Policía de Investigaciones (PDI) y agentes de la Policía de Santa Fe, quienes realizaron pericias y relevamientos de cámaras de seguridad cercanas al lugar. Un testigo indicó que los delincuentes se subieron a un vehículo rojo, que fue visto estacionado cerca del comercio antes del ataque, y se retiraron a gran velocidad por el Pje Gabino Sosa, rumbo hacia calle Laprida
En un segundo episodio, a la misma hora, una distribuidora ubicada en Av Provincias Unidas 500 bis, en el barrio Larrea, también fue blanco de amenazas. En este caso, una mujer denunció que dos hombres llegaron al comercio en un automóvil rojo, armados y dejaron una nota con amenazas. Según la testigo, uno de los atacantes estaba encapuchado y vestía una remera gris, mientras que el otro llevaba una remera blanca y bermudas claras o rojas.
En este caso no se registró un hecho de abuso de armas y el contenido de ambas amenazas, si bien no revelaremos, para no darle identidad, estaban dirigidas hacia el gobernador de la provincia. Desde la cartera de seguridad, manifestaron este tipo de hechos se repiten, por las medidas que toman contra los reclusos de alto perfil y otras para combatir el delito en las calles rosarinas