Los condenaron por extorsiones y balaceras en barrio Ludueña, Industrial y Empalme Graneros
Este martes, cinco integrantes de una de las células más violentas de la banda narco de “Los Monos” fueron condenados tras aceptar juicios abreviados. Los procesados son Matías “Pino” Nicolás César, Andy Benítez, Julián Aguirre, Mauro Gerez y Oscar Ramírez, quienes recibieron penas que van de los 9 a los 20 años de prisión por su implicación en delitos como extorsiones, balaceras y tentativas de homicidio. Las condenas son el resultado de un acuerdo entre las defensas y el fiscal Pablo Socca, quien lideró la investigación.
Matías César, líder de la célula delictiva, fue condenado a 20 años de prisión. César ya cumplía una pena de 20 años por atentados contra edificios judiciales, domicilios de jueces y policías. Ahora, sumó otra condena de igual magnitud por su rol en la jefatura de la organización criminal. Esta célula disputaba el territorio en la zona noroeste de Rosario contra la banda liderada por Esteban Lindor Alvarado, bajo el mando de su ladero Francisco Riquelme, quien también está preso.
La banda, que operaba desde 2021, nació dentro del Pabellón 8 de la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero, donde César formó alianzas con otros reclusos, entre ellos Andy Benítez y Julián Aguirre, quienes se criaron en el barrio Ludueña y fueron claves en la expansión de la organización fuera de la prisión. Benítez y Aguirre fueron quienes ordenaban las extorsiones, las usurpaciones de terrenos y las balaceras, tanto contra miembros de la banda rival como contra comerciantes que se negaban a pagar la extorsión. Por su grado de responsabilidad, ambos fueron condenados a 20 años de prisión.
Mauro Javier Gerez, considerado “el jefe de los sicarios” de la banda, fue condenado a 9 años de cárcel por su rol como organizador y encargado de ejecutar las órdenes de Benítez y Aguirre. Gerez de 30 años, era la persona de confianza de los cabecillas y estaba a cargo de las actividades más violentas de la célula.
Finalmente, Oscar Omar “Nenu” Ramírez, el “gerente extramuros” de la organización, recibió 12 años de prisión. Ramírez era el encargado de la distribución de drogas en los búnkeres y del reclutamiento de nuevos miembros, además de ser responsable del control de las armas y el dinero generado por el narcotráfico. Su arresto en octubre de 2022 fue mediático, producido durante un seguimiento policial tras un partido de fútbol en el estadio de Rosario Central.
Este juicio es un importante avance en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en Rosario, un territorio históricamente disputado por varias bandas criminales. Las penas impuestas a los cabecillas de esta célula de “Los Monos” marcan un paso hacia el debilitamiento de una de las organizaciones criminales más peligrosas de la ciudad.