El caso de Sofía Delgado, una joven de 20 años, conmueve al país

Su muerte se suma a la larga lista de femicidios que reflejan el vacío de políticas públicas para erradicar la violencia de género. Este sábado 15 de noviembre desde el Instituto Médico Legal, informaron el resultado de la autopsia sobre el cuerpo de Sofía Delgado, una joven de 20 años cuyo cadáver fue hallado en un camino rural, descartado como una bolsa de basura. Previo a este procedimiento, sus familiares pudieron reconocer su cuerpo. La autopsia se efectuó bajo protocolo de femicidio y se preservaron muestras para la realización de exámenes anatomopatológicos. El estado de descomposición del cuerpo es avanzado, pero la causa aparente de su muerte es una posible asfixia mecánica, aunque los resultados definitivos se conocerán tras los análisis forenses.

Sofía había sido vista con vida por última vez 15 días antes de su hallazgo. Durante ese tiempo, familiares, amigos y organizaciones sociales habían colocado carteles y convocado a la comunidad para exigir su aparición con vida. Sin embargo, las autoridades no lograron dar con su paradero hasta que su cuerpo fue encontrado sin vida, lo que generó indignación y dolor en toda la sociedad.

Con este femicidio, Argentina suma ya 195 víctimas de violencia machista en lo que va del año. Los asesinatos de mujeres, niñas y adolescentes por razones de género continúan en aumento, mientras el Estado parece no ofrecer respuestas efectivas. La falta de recursos en la investigación, la atención a las víctimas y el acompañamiento a las familias contribuyen a que estos crímenes queden impunes.

El panorama político tampoco mejora. En la reciente votación en la ONU, Argentina fue el único país que se opuso a aumentar los esfuerzos internacionales para combatir la violencia contra las mujeres y las niñas. Este hecho fue criticado por organizaciones de derechos humanos, que ven en esta postura una negación del problema de la violencia de género y una evidencia de la falta de compromiso de las autoridades.

El futuro se presenta incierto y angustiante para las mujeres, niñas y adolescentes argentinas. La respuesta del Estado a la violencia machista no solo es insuficiente, sino que, en algunos casos, parece ser abiertamente hostil. Las políticas del gobierno de Javier Milei y su vice, que niegan tanto la violencia por razones de género como la tortura y desaparición de personas por razones políticas, han dejado en evidencia un desprecio por los derechos humanos y una promoción activa del odio de género.

Como señala Gabriela Sosa, directora ejecutiva de Mumalá Nacional, “Milei y su gobierno niegan y odian, como todas las derechas del mundo”. Esta postura, según Sosa, no solo desmantela las políticas de prevención y asistencia, sino que también fomenta la discriminación y el odio, dos elementos esenciales en la construcción de su agenda política.

El odio que mata, el odio que justifica la violencia, es el mismo odio que acabó con la vida de Sofía. Mientras tanto, el Estado argentino sigue fallando a las mujeres, a las víctimas de violencia machista y a la sociedad en su conjunto. La justicia para Sofía, y para todas las mujeres asesinadas, es aún una deuda pendiente que exige ser saldada.