Fue tras la homologación de juicio abreviado, por integrar una organización criminal

Raúl Gustavo Cabaña recibió una condena de 6 años y 6 meses de prisión por su rol en una asociación ilícita que buscaba dominar barrios de Rosario mediante delitos como abuso de armas, extorsiones y amenazas

En una audiencia realizada el pasado lunes, el juez Dr. López Quintana homologó un procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía, en el que se condenó a Raúl Gustavo “Muqueño” Cabaña a la pena de 6 años y 6 meses de prisión efectiva. El fiscal Dr. Pablo Socca, a cargo de la acusación, imputó a Cabaña varios delitos graves, incluyendo abuso de armas, portación ilegal de armas de fuego de guerra, amenazas calificadas e intimidación pública, así como su participación en una asociación ilícita agravada por la inclusión de menores.

El hecho principal que llevó a la condena ocurrió el 5 de diciembre de 2021, cuando Cabaña disparó un arma calibre 9mm en la zona noroeste de Rosario, atacando a un grupo de personas que se encontraban frente a un local comercial. Este ataque formó parte de un esquema de violencia en el que Cabaña y otros miembros de la organización criminal, como Andy Benítez y Mauro Gerez, cometían delitos con el fin de consolidar el control sobre los barrios Ludueña y Empalme Graneros.

La Fiscalía describió a la organización como una banda violenta que buscaba desplazar a grupos rivales y obtener ganancias económicas mediante actividades ilegales, tales como extorsiones, homicidios y venta de drogas. Según la investigación, la banda estaba dirigida por líderes que, aun estando detenidos en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero, impartían órdenes a los integrantes libres que continuaban operando en las calles. Cristian Fernández, otra figura clave de la organización, falleció en un homicidio en abril de 2022, pero su nombre también fue mencionado como parte del grupo delictivo.

Uno de los roles clave de Cabaña dentro de la banda era ejecutar personalmente los ataques a tiros contra personas y viviendas, y transmitir amenazas para obligar a las víctimas a abandonar sus hogares o negocios. También tenía el encargo de usurpar esas propiedades vacías para convertirlas en puntos de venta de drogas o integrarlas al control del grupo criminal. Además, manejaba el arsenal de armas de fuego y motocicletas que utilizaban en los delitos.

La condena de Cabaña es un paso más en la lucha contra las organizaciones criminales que asedian Rosario. Sin embargo, la Fiscalía sigue buscando a otros integrantes de la banda, algunos aún no identificados y otros que continúan operando desde la clandestinidad. Mientras tanto, las investigaciones continúan, con la esperanza de desarticular completamente esta red delictiva que ha generado temor y violencia en la región.